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Los debates no son lo que parecen, parecen lo que son. Una pelea de box sin sentido ante una población que prefiere el confort de la sala de su casa a salir a pelear por lo que les pertenece. 

El Tribunal Electoral, se hunde en momentos en los que debe estar más fuerte. No navega en la democracia, naufraga en el autoritarismo.

La situación de los periodistas en México tiene su expresión más clara en el estado de Veracruz. Es la entidad donde más comunicadores han muerto y no solo eso, desaparecido, intimidado, amenazado, etc.

La experiencia en la administración pública de Meade es envidiable, su postura política se convierte en un reto que supera día tras día y por ello ha avanzado en las encuestas de intención del voto, de manera rápida e irreversible.

Actualmente hay un grupo de priistas que goza de fuero como diputados federales para impedir la acción de la justicia, algunos de ellos estrechamente relacionados con la administración de Javier Duarte, ahí está, por ejemplo, Alberto Silva Ramos, ex presidente municipal de Tuxpan, donde dejó las finanzas del municipio quebradas y con serias dudas sobre su honestidad durante su gestión. En esos tres años creó empresas fantasma a las que adquirió lumbreras para la iluminación del puerto, que nunca existieron.

Los medios y los partidos deben dejar de competir para crear. La competencia debe ser a través de las propuestas y no de violencia, de las descalificaciones, de los insultos. Hay fines comunes que ennoblecen a los medios y a los partidos políticos, pero sobre todo a los mexicanos y están más allá de color de la piel y más profundamente cimentados que las ideologías de los partidos, que si bien nos dan una razón de lucha, también nos ofrecen la mejor manera de organizarnos para cambiar la realidad que nos ofende.

La seriedad del debate se pierde cuando se trata únicamente de desgastar al contrincante.

Los candidatos independientes van solos, completamente solos hacia una candidatura sin programas, ni proyectos ni objetivos claros.

El nepotismo es una expresión de la corrupción. No hay acto nepotista que pueda justificarse y su práctica en la administración pública crece cada día. Junto con el incremento de esta práctica también aumenta su falta de discreción.

Gerardo Ruiz Esparza tiene un amigo, y ese es la llave de la impunidad, tiene delitos por los cuales debe pagar, pero la impunidad lo cubre con un fuero invisible pero real.