
MUJER CELOSA
¡Por Dios! ¡¿Qué onda, qué te pasa, CARAJO?!
¡Es por el papelito que encontré en el bolsillo de tu pantalón con el nombre de SOLEDAD y un número!
Amorcito ¿te acuerdas del día que fui a la carrera de caballos? Pues, SOLEDAD era el caballo al que aposté, y el número es cuánto estaban pagando por la apuesta.
Satisfecha, la mujer se retiró pidiendo 1001 disculpas. Días después, estaba él nuevamente, sentado cuando… ¡PUM!
Recibe un nuevo golpe, esta vez con una olla a presión. Más asustado que idiota, por el golpe, le pregunta:
¡¿PERO AHORA QUE TE PASA? ¿Qué fue ahora, carajo?!
¡QUE TU YEGUA LLAMÓ!