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Más de 40 ladrones en Veracruz

Más de 40 ladrones en Veracruz

ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

 

Los accesos a la ciudad de Xalapa están cerrados.

Frente al palacio municipal de esta ciudad están todos los afectados por ese fenómeno llamado corrupción, que en los últimos años se acompañó de otro factor que no debe combinarse nunca más en Veracruz que es la impunidad.

Ahí, en la calle Enríquez, frente al palacio municipal coinciden los ofendidos, los que con su silencio permitieron el agravio y con su participación comparten responsabilidades.

Primero fueron los alcaldes perredistas, luego los panistas, pero después se sumaron los del PRI y los avecistas. Cómplices, víctimas y verdugos, juntos en un frente común con el disfraz de ofendidos. Hasta ahora protestan exigiendo lo que aseguran es suyo. Aseguran que ya no pueden más, pero cuando empezó a gestarse el conflicto que ahora parece una revuelta social, nadie alzó la voz, nadie convocó a una marcha, ninguno de los afectados llamó a plantón. Nadie gritó una sola consigna.

Sin embargo, esta inconformidad se extiende y suma gremios, añade pretextos y razones de peso y puede ser algo serio que afecte a todo el país. Fue mucho el dinero que desapareció de sus destinos originales, fueron muchos los cómplices y los culpables. Ahora es momento de limpiar la casa.

Sólo falta que se sumen los diputados federales, que en su momento fueron artífices del gran fraude que ahora sólo quieren responsabilizar a Javier Duarte, y no es que sea inocente, sino que es evidente que no fue el único que llevó a la quiebra al estado de Veracruz. Tuvo cómplices para llevarse miles de millones, tenía que involucrar a muchos y otros tomaban del botín lo que podían aún sin que se enterara Duarte, porque el ex gobernador no es el único, simplemente es el más visible, por ello hay desde diferentes instancias del gobierno federal y estatal, muchas averiguaciones previas avanzando lenta, pero de manera contundente para hacer justicia y sancionar a los culpables.

Pero todavía hay más culpables que averiguaciones previas.

La deuda del gobierno del estado asciende a 170,000 millones de pesos. Es una deuda que se ha derivado de una administración desordenada.

Desde 2013 el Producto Interno Bruto de Veracruz sostiene una caída sistemática con tasas de crecimiento negativas. Mientras que para 2016 la economía estatal prolonga su agonía debido a que durante el primer trimestre el PIB del estado aumentó sólo 0.3%, lo cual lo ubica en el lugar 27 a nivel nacional, muy lejos de entidades como Hidalgo, que en ese mismo lapso creció en 8%; Guerrero (6.1%); Sinaloa (5.0%), y Michoacán y Jalisco (4.7 y 4.6% respectivamente).

En relación con las diferentes actividades económicas del estado, en 2016 presenta un crecimiento de 3.0%, cifra inferior a 4.4% registrado en el año anterior. En la industria, desde 2013 la producción muestra tasas de crecimiento negativas, algunas incluso de hasta -9%, como la presentada en el último trimestre del año pasado.

Es decir, el quebranto tuvo muchos puntos de fuga de dinero. Javier Duarte tomó lo suyo y permitió que otros tomaron lo que consideraban propio o simplemente lo que podían. El dicho de la ocasión hace al ladrón fue dogma de fe en Veracruz y al que se ampararon algunos para tomar lo que no es suyo, a manos llenas.

Ahora algunos de quienes protestan exigiendo su dinero están ofendidos porque llevan años sin cobrar sus jubilaciones, otros sus pensiones, sus salarios, sus presupuestos, sus becas, sus canonjías, porque muchos de ellos también cobraron a tiempo y lo convenido, pero aprovechan el río revuelto para volver a cobrar.

Así, lo que exigen diferentes gremios, incluyendo a la iniciativa privada, es el presupuesto federal que ya se otorgó y que al llegar a la Secretaría de Finanzas se evaporó, nunca llegó a su destino. Repartieron a los amigos, compraron silencios, sobornaron autoridades, incluyeron nuevos cómplices, triangularon capitales, lavaron dinero, dejando en la indefensión a muchos y a otros en la impunidad.

En esta guerra de aparentes víctimas y verdugos prófugos, hay otros sectores de la población veracruzana que no habló a tiempo, porque no convenía a sus intereses en ese momento, el ejemplo claro se ubica en algunos medios de información que mientras pudieron llenaron sus arcas del subsidio proveniente de la Secretaría de Comunicación Social, sobre todo cuando ha estado al frente otro de los cómplices con fuero, Alberto Silva Ramos. Cuando este parásito dejó de subsidiar a los medios, entonces la protesta surgió hasta el grado de sumarse a los inconformes que olvidaron que cobraban, con y sin factura, cientos de millones de pesos por callar la verdad y encubrir a Duarte y sus cómplices.

Otro de los sectores de la población que no tarda en incorporarse a las filas de los supuestos ofendidos son los empresarios, los líderes de las diferentes cámaras de industriales, comerciantes, patrones, etc. Quienes negociaron desde la cúpula y dejaron a sus afiliados colgados de la brocha, pero que saltan de puestos públicos a direcciones y presidencias de liderazgo de los empresarios.

Ahí podemos encontrar con serias responsabilidades del quebranto a dirigentes y prestanombres de Caintra, Canaco, Canacintra, Coparmex, Canirac, algunos notarios públicos que contribuyeron a facilitar todo el desmantelamiento que ahora padece Veracruz.

La Auditoría Superior de la Federación, tiene nombres de quienes fueron funcionarios públicos pero que se escapan, impunidad y fuero de por medio, refugiándose en cargos públicos, cúpulas empresariales, puestos de elección popular, etc.

Hay también muchos miembros de la sociedad civil que están bajo la lupa de la PGR que tuvieron que ver directamente con el gran desfalco y que seguramente caerán tarde o temprano. Hay, por otro lado, una gran desbandada de funcionarios de mandos medios y superiores desde el momento en que la Auditoría Superior de la Federación detectó serios problemas en las cuentas públicas de las finanzas del gobierno del estado.

Desde esta instancia coadyuvante de la Cámara de Diputados, se relacionaron licitaciones poco claras o inexistentes, de dónde emergieron del lodo empresas, empresarios e industrias de cuyas acciones y relaciones con los funcionarios públicos se desprenden varias averiguaciones previas en manos de la PGR. Y otras muchas que se siguen investigando.

Más de un funcionario público y un empresario o prestanombres, notario público o asociación, deben poner, desde ahora sus barbas a remojar, la justicia los señala sin que ellos conozcan que la averiguación le sigue de cerca los pasos.

En este gran fraude contra Veracruz, el ex gobernador es sólo Alí Babá, pero hay más de cuarenta ladrones que deberán estar presos a pesar del fuero y de sus coartadas legaloides.

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