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Los Demonios andan sueltos

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Cuando escuché aquella frase de los demonios andan sueltos, que pronunció en una entrevista en la ciudad de Xalapa el Licenciado Pericles Namorado Urrutia, entonces Procurador de justicia del estado, en el gobierno estatal de Miguel Alemán Velazco, me pregunté ¿y quién suelta los demonios?, ¿a quién le conviene que los demonios anden sueltos?, porque en ningún momento al pueblo le conviene la violencia, en ningún momento el pueblo quiere derramamiento de sangre, ya fue suficiente con la sangre de los mexicanos que se derramó en la Revolución Mexicana, que enlutó a México, que enlutó a más de dos millones de hogares, pero desgraciadamente fue necesario para que el país se pudiera sacudir de los tiranos Porfirio Díaz – mátenlos en caliente – y Victoriano Huerta el usurpador.

En Veracruz, desafortunadamente, estamos viviendo una vorágine que deja sorprendido al pueblo jarocho. Tres gobiernos han pasado que han dejado huellas de sangre. Recuerdo a una persona ajena a Veracruz, que cuando se destapó a Fidel Herrera Beltrán como candidato a gobernador del estado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), 

el entonces partido aplanadora, me dijo: “no saben ustedes los veracruzanos a quién van a poner como gobernador del estado”, y todavía remachó, “me dices dentro de seis años como termina el sexenio de Fidel Herrera, Veracruz será otro”, no auguraba nada bueno el amigo ese.

Se fue Fidel y todavía no termina esta vorágine que nos dejó. Catorce años han pasado, tres periodos gubernamentales – Fidel, Duarte y Miguel Ángel Yunes – y todavía los veracruzanos estamos viviendo la resaca. Al igual que en el gobierno de Miguel Ángel Yunes, actualmente estamos viviendo una etapa de revanchismo.

Miguel Ángel Yunes se caracterizó por gobernar con las vísceras, es cierto, tuvo sus aciertos al meter a la cárcel al exgobernador Duarte y su pandilla de rateros, pero se notaba su estado emocional cada vez “atoraba” a cada uno de estos ladrones, otros pillos prefirieron huir a enfrentarse con la Ley y con el carácter de Yunes Linares y otros decidieron convertirse en diputados federales o locales para verse protegidos por el manto sagrado del fuero y seguir disfrutando de lo robado.

Recuerdo que en su sexenio el ex gobernador Don Agustín Acosta Lagunes (1980 – 1986), llegó presidido por su primo Felipe “El Indio” Lagunes Castillo y su banda de maleantes y asesinos que le llamaban la Sonora Matancera que asolaba la parte sur del estado.

Felipe Lagunes era la piedra en el zapato de Don Agustín y de su secretario de gobierno Ignacio Morales Lechuga, el hombre fuerte del sexenio. Don Agustín, a pesar de tener un carácter “de vinagrillo”, según los manifestaban algunos que lo trataron de cerca, no tuvo que hacer muchos aspavientos para pacificar el sur del estado.

Una mañana amaneció acribillado a balazos el famoso gatillero Felipe “El Indio” Lagunes. Se dijo que los propios integrantes de su banda dieron cuenta de él y en Veracruz todo siguió en calma, las noches siguieron siendo tibias y calladas, como lo describiera el músico poeta Agustín Lara.

Los veracruzanos decía, hemos estado sufriendo catorce años de zozobra, Miguel Ángel Yunes Linares llegó a la gubernatura del estado con la promesa de pacificar a Veracruz y aprehender a los saqueadores del erario, desafortunadamente, tal parece que Miguel Ángel perdió la brújula en su desesperación porque el tiempo se le terminaba – si veinte años son nada, dos años son un polvo – al segundo año de su gobierno empezó Miguel Ángel a gobernar con las vísceras, se notaba que había caído en el revanchismo. Los veracruzanos en ese segundo año de gobierno conocimos al verdadero Miguel Ángel Yunes Linares, que nos auguraba un futuro nada promisorio al lograr poner como candidato a su hijo para sucederlo.

Todo estaba planeado para esto. Las agresiones verbales para el candidato de MORENA a la presidencia de la república no fueron del agrado de los electores – ¡viejo guango! – Se olvidó Miguel Ángel Yunes de gobernar con el cerebro, se notaba que sus palabras eran amenazas que salían de las vísceras, ejemplos sobran.

Ahora los jarochos nos encontramos con la noticia de que los excolaboradores de Javier Duarte, saqueadores del erario, encubridores de asesinatos, y otras linduras, están saliendo liberados, vemos en la fotografía a un Arturo Bermúdez Zurita, exdirector de la Secretaria de Seguridad (¿inseguridad?) Pública del estado,

sonriente porque sale de la cárcel de Pacho Viejo, atrás quedaron las denuncias que hicieron que cayera en manos de la justicia, atrás quedaron las lágrimas de las madres de los estudiantes de la UV que golpearon – se dijo que fueron policías de Bermudez- hasta el cansancio aquel 5 de junio de 2015, atrás quedaron los asesinatos de 17 periodistas durante el sexenio de Javier Duarte que nunca se investigó y así también abandonó la cárcel Mauricio Audirac Murillo, exsecretario de Finanzas de Duarte, denunciado porque le metió mano al cajón y otros personajes que por pillos estuvieron siendo señalados en la pasada administración de Miguel Ángel Yunes.

Y si de revanchismo se trata, leemos los jarochos que el Fiscal General del Estado por nueve años, Jorge Winckler Ortíz, el que metió a la cárcel a la caterva de pillos y asesinos de Javier Duarte, será removido y está en vías de ocupar la celda que dejara vacante Arturo Bermúdez, con esto se puede pensar que se están abriendo las puertas al Duartismo, pero también se puede pensar, ¿a quién le conviene que los demonios anden sueltos? Yo digo y nada más… ¡Hasta la próxima!

Para Réplica o Comentarios puede enviarle correo a Francisco Vargas Perales

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