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¿Cómo prevenirnos de los Pedófilos?

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¿Qué es un Pedófilo?

Etimológicamente, la palabra «pedofilia» hace referencia a «el amor por los niños» (deriva del griego paidophilia, y éste de páis-paidós, «muchacho» o «niño», y filía, «amistad»).

En sus orígenes el término Paidophilia (pedofilia) era utilizado por los poetas griegos como sinónimo o reemplazo de la palabra Paiderastia (pederastia).

Muchas veces se usa la palabra «pedófilo» y «pederasta» como sinónimos, cuando la realidad es que ambos son diferentes.

Un pederasta no necesariamente puede ser un pedófilo, de la misma forma que un pedófilo no necesariamente es un pederasta.

El pedófilo es aquel individuo que siente atracción sexual exclusivamente por menores, aunque no necesariamente lleva a cabo sus fantasías sexuales. Si lo hace, entonces sería pederasta y pedófilo.

El pederasta es aquel individuo que mantiene relaciones sexuales con menores aunque no sea ésta su opción sexual exclusiva. Más bien al contrario; la mayoría de pederastas tienen una vida sexual aparentemente normal y una vida social que no suele levantar sospechas. En este sentido conviene recordar que un porcentaje que oscila entre el 60% y el 80% de todos los abusos sexuales infantiles son perpetrados por familiares o personas muy cercanos al menor.

Perfil del pedófilo

Es muy difícil establecer un perfil para alguien que comete abusos sexuales contra un menor. Sin embargo sabemos que la mayoría de estos abusadores sexuales no son desconocidos a los niños, en el mayor de los casos son bien conocidos y hasta amigos y no todos son adultos.

Otros datos útiles que se pueden proporcionar son que los abusadores:

  • Son varones en un 90% de las ocasiones.
  • Suelen ser mayores que los violadores de mujeres adultas, entre 30 y 45 años. Aunque hoy el 20% de las agresiones
    sexuales son cometidas por menores de edad.
  • Desempeñan profesiones más cualificadas que los violadores de mujeres y acceden a mejores trabajos.
  • Se encuentran integrados en el entramado social y con frecuencia están casados.
  • En el 85% de los casos conocen a su víctima.
  • En el 68% de los casos son padres o familiares.
  • No tienen antecedentes penales en el 80% de los casos.
  • Casi siempre actúan solos (98%)
  • En más del 50% de las ocasiones no recibieron muestras de afecto durante su infancia-adolescencia.
  • En más del 50% de los casos abusan del alcohol.
  • Presentan falta de empatía y baja autoestima.
  • Desarrollan disonancias cognoscitivas y un 66% niega sus crímenes o los minimiza.
  • En el 58% de los casos se niegan a recibir tratamiento.
  • En la mayoría de las ocasiones no padecen trastornos psiquiátricos, sólo en ocasiones trastornos de la personalidad
    y algunas veces trastornos psicopáticos (75%)
  • En el 90% de los casos tienen capacidad para controlar su propio comportamiento.
  • Presentan un elevado índice de reincidencia.
  • El 100% necesita tratamiento, aunque resulta poco efectivo con los pedófilos preferenciales.

Otros psicólogos y psiquiatras opinan que los pedófilos se caracterizan por tener una personalidad inmadura, problemas de relación o sentimientos de inferioridad que no les permite mantener relaciones sexuales entre sus iguales. Se trata de individuos con trastornos narcisistas y con escasa autoestima.

Su interés por los niños, además del puramente sexual, tiene que ver con el poder que pueden ejercer sobre ellos, contrarrestando de este modo el sentimiento de inadecuación característico de la pedofilia.

¿Cómo saber si un niño fue víctima de un abuso sexual?

La mayoría de las niñas y niños que están siendo víctimas no se lo cuentan a nadie porque creen que la gente va a pensar que no es verdad. A veces desconocen incluso el vocabulario necesario para hablar sobre el tema y por lo tanto no pueden adecuadamente. Aunque generalmente no lo expresan verbalmente, sí lo hacen mediante algunos cambios en su comportamiento.

Hay que ponernos alerta cuando de pronto una niña o niño comienza a manifestar simultáneamente varios de lo siguientes comportamientos:

  • Se resiste a ir a cierto lugar o a quedarse con cierta persona.
  • Aparecen trastornos en su forma de dormir (tiene pesadillas, se orina en la cama, teme dormir sola, necesita una luz
    encendida durante toda la noche, etc.)
  • Aparecen trastornos en la alimentación (no tiene apetito o tiene mucho apetito de pronto)
  • Siente nuevos temores y necesita que se le tranquilice mucho más que antes
  • Retorna a un comportamiento inmaduro, como de bebé.
  • De repente rechaza al padre o a la madre de forma repentina.
  • A veces se automutila o intenta suicidarse.
  • Puede fugarse de casa para evitar que continúen los abusos.
  • Baja su rendimiento escolar y cambia su comportamiento social.

Si una niña o niño de repente cambia y manifiesta varios de estos síntomas, hay muchas posibilidades de que haya o esté sufriendo un abuso sexual.

¿Cuáles son las consecuencias que producen estos abusos a la larga?

En el total de los casos de aquellas personas que han sido abusadas durante su infancia o adolescencia, la persona suele necesitar un apoyo o terapia psicológica especializada para poder superar las secuelas de este problema que arrastran a lo largo de sus vidas. Comúnmente las consecuencias o efectos de los abusos sexuales son:

  • Odio al propio cuerpo, sentirse sucia/o.
  • Desvalorización personal, pobre autoestima.
  • Depresión, fobias, ansiedad y problemas psicosomáticos.
  • Problemas de relación con otras personas, social y sexualmente.
  • Miedo a la intimidad e incapacidad para poner límites y autoafirmarse.
  • Comportamientos auto agresivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o golpes y realizando intentos de suicidio.
  • Establecer muchas relaciones de abuso, incluso de maltrato, los varones victimizados tienden a ser abusadores y maltratadores, mientras que las mujeres victimizadas tienden a ser maltratadas y nuevamente abusadas.
  • Juegos más allá del típico mamá-papá o doctor; introducir objetos por la vagina o ano.
  • Generalmente hacen dibujos hipersexualizados o no incluyen ojos, genitales o boca. O las niñas se dibujan como adultas, pintadas y con tacones.

¿Qué hacer si un niño o niña le comenta que ha sido abusado/a sexualmente?

Primero que todo, no hay que esperar a que el niño revele que ha sido abusado, ya que para eso, debería ser muy maduro y fuerte. Algunas recomendaciones para prevenir a nuestros niños del abuso sexual:

  • Demostrarles a sus niños diariamente que son importantes y valiosos.
  • Platicar frecuente y honestamente con ellos.
  • Hacerles preguntas y responder a las preguntas de sus niños.
  • Enseñarles a reconocer y expresar sus sentimientos, tales como la incomodidad y el temor.
  • Repasar regularmente con sus niños las reglas de seguridad y los planes de emergencia, jugando ¿Qué harías si?
  • Discutir las noticias relacionadas al abuso infantil según el nivel de comprensión de sus niños.
  • Enseñarles su nombre, dirección, y teléfono, y a no compartir información personal con desconocidos.
  • Enseñarles a consultar a los adultos antes de contestar la puerta o el teléfono o aceptar regalos o invitaciones.
  • Enseñarles la diferencia entre los secretos saludables (sorpresas) y los secretos peligrosos.
  • Enseñarles a cómo mantener distancia física segura y educarles sobre las partes privadas del cuerpo de sus niños, y quién puede tocarlas y cuándo.
  • Practicar estrategias para lidiar con la intimidación y con invitaciones amistosas, ensayando decir ¡No! y pedir ayuda.
  • Recordarles que el abuso nunca es culpa de los niños.
  • Utilizar recursos educativos (libros, juegos) sobre cómo prevenir el abuso infantil.
  • Pedir a otro adulto responsable que los cuide cuando usted mismo no pueda cuidarlos.
  • Si usted no logra encontrar supervisión de adultos, haga arreglos para que los niños caminen o jueguen durante estos períodos.
  • Conozca a los amigos de sus hijos. Especialmente aquellos que son un poco mayores que su hijo o hija.
  • Enseñe a sus niños a velar por su propia seguridad.
  • Enséñeles a no aceptar dinero o favores de extraños.
  • Adviértales que no acepten nunca pasear con alguien a quien no conocen.
  • Dígales lo que pueden hacer si alguien se le acerca.
  • Decirle a sus niños que busquen la ayuda de otro adulto o persona mayor inmediatamente cuando un adulto les hace sentir incómodos o los asusta.
  • Explíqueles que es correcto llamar la atención, gritar y crear un escándalo en estas situaciones.
  • Recuérdeles que muchas niños son víctimas de personas que ellos conocen.
  • Asegurarles que es totalmente correcto decir «no» aún a parientes cercanos y amigos.
  • Anímelos a decirle a usted u otro adulto inmediatamente si cualquiera los toca o va hacia el en forma que parece extraña.
  • Háblales sin Asustarlos.

Y los más importante es que le crea al niño en la primera señal de abuso que este dé. Nunca decirle que miente, porque no es capaz de engañar con algo así. Lo segundo es ofrecer ayuda al cuidador de la víctima y advertirle que puede obtener apoyo para que la agresión no siga ocurriendo con la víctima y con otros menores. Hay que tener conciencia de que el niño jamás tiene la culpa, ni imaginar la idea de que hizo algo para provocar.

No es fácil descubrirlo, porque la víctima confunde los abusos con juegos de seducción, y porque frecuentemente hay amenazas por parte del agresor. Entran en una dinámica de espada y pared, el abusador manipula mucho las emociones: «Si tu mamá se entera, por tu culpa me pueden meter preso y a ti te van a castigar«. O les dicen que lo hacen porque los quieren mucho.

Es importante entonces que usted:

  • Deje muy en claro que no tiene la culpa de lo que le ha ocurrido. El adulto es el responsable.
  • Le diga y agradezca al niño de que se lo haya contado.
  • Le transmita que siente que le haya pasado esa experiencia y que a otras niñas y niños también le ha ocurrido. Decirle que va a ayudarle y protegerle.
  • Animarle de forma tranquila a que hable de ello y no se muestre enfurecida porque podría sentirse culpable de haberlo contado.
  • Si no es su madre o padre, pídale permiso para hablarlo con ella o para pedir ayuda profesional especializada.

Es especialmente doloroso para una madre saber que el abuso fue cometido por su esposo. En este caso, también ella es otra víctima. Además tendrá que decidir si es necesario hacer un reconocimiento médico a su hija o hijo, si presentará una denuncia y si demandará judicialmente al agresor. Todas estas decisiones que debe tomar después de un caso de abuso sexual son muy difíciles. Para asumir este terrible hecho y tomar las medidas oportunas, ella también necesitará apoyo.

Es frecuente que las madres nieguen sistemáticamente el conflicto a pesar de las señales enviadas por el hijo.

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