Tuxpan, Ver.- La noche de ayer fue testigo de un atraco a sangre fría en la tienda OXXO, ubicada en el kilómetro 10 de la carretera a la Barra Norte, en la desolada congregación de la Mata de Tampamachoco. Dos individuos, armados hasta los dientes, se adentraron en el establecimiento y ejecutaron su plan sin titubear, esfumándose en una motocicleta antes de que los guardianes del orden pudieran atraparlos.

La información escueta revela que estos facinerosos, cuyas identidades aún son un misterio, se componen de un hombre de edad madura, aproximadamente 50 años de existencia sobre la faz de la tierra, y otro individuo en la flor de la juventud, alrededor de los 20 años. Ambos portaban playeras azules y pantalones de mezclilla, como si el uniforme del delito los protegiera de la mirada inquisitiva de la sociedad.

Pollo Dorado

Con pericia y violencia, los intrusos irrumpieron en el comercio, empuñando armas de fuego que parecían más confiables que la justicia misma. Con decisión implacable, arrebataron de los trabajadores el vil metal que corrompe el alma y productos que tan arduamente habían sido labrados para saciar el apetito y la sed de los justos. Y así, como fantasmas en la noche, desaparecieron sin dejar rastro.

Los polimarinos, llamados a la escena para impartir orden y justicia, se encontraron con un enigma impenetrable. Aunque les brindaron los sagrados registros visuales capturados por el ojo vigilante de las cámaras de seguridad, la captura de los fugitivos fue como tratar de atrapar humo con las manos. Solo les quedó implorar a los afectados que elevaran su voz de protesta ante las autoridades ministeriales, dejando una sensación de impotencia flotando en el aire viciado.

La verdad, susurrada entre susurros en los corrillos más oscuros, es que estos delincuentes de guante negro asaltan un OXXO al menos una vez al día. La ola de crímenes ha alcanzado proporciones epidémicas, carcomiendo la confianza de los ciudadanos y sembrando el temor en el corazón de Tuxpan. La incertidumbre se cierne sobre las calles, donde antes reinaba la tranquilidad.

En este punto crítico, hacemos un llamado a Odilon Nava, gerente supremo de las Tiendas OXXO en la región, para que extienda su mano y ponga fin a esta orgía de asaltos. Necesitamos su ayuda, buen señor, para que el ojo vigilante de sus cámaras, testigos silenciosos de la violencia, ilumine el camino hacia la justicia. Que nos provea imágenes, vídeos claros como el día, de estos vulgares malhechores, para que la voz del pueblo pueda señalarlos con el dedo acusador y poner fin a esta pesadilla sin fin.

La participación ciudadana es el arma más poderosa en la lucha contra el crimen. Si usted, señor Nava, comparte con la gente las herramientas necesarias para identificar y capturar a estos bandidos, estaremos un paso más cerca de restaurar la paz y la seguridad en nuestro amado Tuxpan. Instamos a que su colaboración sea total y que tome medidas adicionales para fortificar la seguridad en sus venerables establecimientos.

El destino de nuestra ciudad descansa en la balanza de la justicia. Unidos, podremos alzar la voz contra la oscuridad y devolverle a Tuxpan la paz que merece. Señor Nava, esperamos ansiosos su respuesta, conscientes de que en sus manos y en la colaboración de la comunidad y los negocios locales reside la clave para poner fin a esta pesadilla de asaltos violentos.

La hora de actuar es ahora, sin titubear, para reclamar nuestra ciudad y sellar el destino de los villanos que se esconden tras las sombras.