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Sectas Peligrosas, Abusivas y Manipuladoras (Parte 3)

por | Sep 27, 2016 | Artículo

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En esta parte nos vamos a enfocar en el individuo que llega a caer en cualquier secta peligrosa, abusiva y encajosa, y puede ser propenso a ser engañado. Hace no mucho tiempo, una persona que está rodeada de personas que pertenecen a una secta (pero que se ha resistido A CAER), me cuestionó y me dijo: “Si fuera cierto todo eso que dices de las Sectas, yo ya hubiera visto algo… ¡Pero no he visto nada ilegal!”, y de una vez quiero aclararles, queridos lectores, que aquí no se está cuestionando ninguna creencia religiosa, porque para eso hay libertad de culto en este país, y además, garantizada en nuestra constitución.

Lo que se expone aquí, son los métodos psicológicos anti-éticos de control mental que utilizan para neutralizar el pensamiento de sus víctimas potenciales (o sea, ¡SE MANCHAN!… en pocas palabras). Yo les recomendaría que no usen este artículo para debatir si existe su Dios, o diciéndoles a otras personas que el de ellos no existe, etc. No estamos entrando a esa polémica, concéntrense por favor, en los métodos y en el abuso psicológico. Eso muchas veces no lo vemos, y por eso esta persona me dice: “Yo no veo nada de lo que dices sobre las sectas”.

Las diez sectas más activas en México son: Los Testigos de Jehová, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Iglesia de la Cienciología o Dianética (que les da pena decirse Iglesia o secta), los Adventistas del Séptimo Día, la Luz del Mundo, la Gran Fraternidad Universal, la Meditación Trascendental, las Asambleas de Dios y la Sociedad Internacional de Conciencia Krishna (o los Hare Krishna).

Cada secta es diferente, pero hay algunas características que se encuentran en todas, entre las que destacan:

  1. Una organización piramidal.
  2. Sumisión, en el sentido de que se acata todo lo que el dirigente o cuerpo gobernante, ordena.
  3. Se anula la crítica interna.
  4. Se persiguen objetivos políticos y económicos ligados a los religiosos, filosóficos o pseudo- espirituales.
  5. Los adeptos son sólo instrumentos o peones para los fines de la secta (¡chalanes!).
  6. Hay una ausencia de control, o fiscalización de la secta, es decir, no hay un, llamémosle control de calidad ni hay una ley que las meta en cintura, hay una ley ahí por encimita que las contempla, por eso piden con tanta insistencia más libertades, claro ellos le llaman libertades, pero la verdad es que lo que ellos quieren son “privilegios”.

Muchos integrantes de estas sectas creen que el mundo los persigue porque solo ellos han permanecido fieles a lo que su Dios quiere (esto provoca que siempre sospechen de los que no tienen sus creencias y se corten relaciones entre adeptos y los no adeptos), además una secta crea la idea en sus filas que su salvación será posible solo dentro de los confines de la secta.

Nos excluyen de la salvación a todos los que no pertenecemos a ella: “estamos condenados”, o peor: “somos el diablo”. El líder de la secta es normalmente elevado al nivel de profeta, de “ungido” por Dios o de visionario (o de sanador también). Fácilmente ejerce un poder absoluto sobre las conciencias de los miembros que ven en él, pues tienen un lazo directo con Dios.

Aquí hay muchos ejemplos como el “Hermano Samuel”, “El apóstol de la luz del mundo” o Gordon Hilti (profeta de los mormones), la secta hace todo lo posible por ocupar todo el tiempo libre de sus víctimas, los atiborra de reuniones, servicios, estudios y otras actividades que hacen que la vida daría del adepto gire en torno a la secta.

Retiros, cantos, rezos, hasta programas de radio y de televisión, suele prohibir cualquier contacto con literatura o programas no generados por ellos mismos. La forma de vestir, la elección de esposos o de parejas, la abstención de fumar, bailar, escuchar música, todo esto sirve para apartar del mundo a los miembros de una secta y darles una identidad externa inconfundible.

¿A poco no los ves caminando y dices “¡uta, Ahí va toda la hermanada!”?, a mi hasta me llama mi abuelita que vive en la misma cuadra (por teléfono)  y me dice “¡no abras, son los hermanos!” entonces ya, ahí están tocando… pobres, no sé, siento gacho y si les digo: “no ahorita no, ¡gracias!”.

Se crean ellos una mentalidad de superioridad moral y se refuerza en sus mentes la “legitimidad de la secta” ya que les quitan muchos de sus “supuestos” malos hábitos anteriores.

Claro que otras sectas dicen que no prohíben la música, pero entonces solo permiten que se escuche la música generada de sus templos (y con cantantes y músicos que sólo hablan de lo que hablan todo el día: su creencia religiosa), hay hasta grupos de rock, de metal, de Reagueton y hasta de punk, que echan sus loas al señor (bueno dependiendo de a que señor le crean), seguramente has viajado en un taxi o un camión que te quiere evangelizar, poniéndote las rolas de sus secta.

Se vale decir que le apague, ¿eh?, o se vale decir: “Ahí me bajo, en la esquina HIJÍN…”, yo sé que muchos de ustedes han visto en esas miradas de la hermanada, así, los ojitos de te ven y como que están pensando: “pobrecito, no sabe todo lo que yo sé…” Muchas sectas crean una fuerte expectativa a sus miembros sobre el fin del mundo y la venida de Cristo, esta postura milenarista resulta en un fanatismo muy dañino; otras sectas recetan largas horas de meditación o ejercicios tipo yoga que propician un estado semi-alterado de conciencia, son estos estados combinados con la debilidad emocional y psicológica del adepto, hacen palpable y aceptable la idea de un estado espiritual superior.

La dependencia psicológica de los adeptos al “gurú” o al “pastor” o al “sacerdote” o al “líder” o a la “lideresa”. Hacen que entreguen sus bienes materiales a la secta en un gesto de “abandono”. Se han dado casos de abuso sexual y ruina psicológica en algunos grupos, como en los seguidores de Osho y otros más que seguramente tú me vas a contar.

Algunas sectas obligan a sus miembros a pedir limosna o a vender triques en la calle para aportar lana, normalmente los obligan a romper todo laso de comunicación con sus familias y su estilo anterior de vida. De hecho te repiten una y otra vez que antes de conocer a la secta vivías en el pecado y ahora que estas con ellos pues vas por el camino correcto.

El enganche de ingenuos, pues, suele ser a través de conferencias, publicaciones sobre temas esotéricos y todas esas ondas donde los conferencistas se presentan con credenciales de científicos, expertos y doctores, cuando solo son unos estafadores profesionales. Un buen ejemplo de esto es la película “what the bleep do we know” (Y tú qué sabes), que seguramente una tía o un primo tuyo creyeron que era una investigación científica seria, cuando no se trata más que de un pseudo-documental pseudo-científico, que sirve solo de propaganda para una secta que va a explotar ese momento en el que te llenan de palabras raras, cifras infinitas y supuestas profecías y dices: “¡Orale!, ¡si está cabrón eso! ¿no?” y listo, las posibilidades son infinitas, pero de que busques a esa secta y entres a formar parte de este “selecto grupo” que ostenta el conocimiento y te eleves por encima de los que no sabemos nada.

Así es, se sabe que las sectas, se fundan sobre la idea de que un grupo selecto de individuos poseen la clave secreta del conocimiento universal; estos privilegiados se revisten de títulos, de símbolos, de palabras raras, si tienen acento extranjero “raro”, ¡mejor!, convencen más; como que los mexicanos decimos: “¡uta!, habla raro, ¡ha de ser bien neto!…” y en el fondo, lo absurdo y lo irracional de sus pretensiones  se encubren de una ambiente deliberadamente misterioso y oscuro para dar la impresión de ser algo sobre-humano. ¡Llámenle a “Amira”!.

Amira es la “esa” que adivina el futuro, ¿no?, que parece Courtney Love así, ¡En sus peores años de heroína! Sus adeptos suelen ser soberbios y con esa actitud arrogante de que creen saber algo que tú no sabes.

Pero ¿porque se ingresa a una secta? Hay expertos, que dicen que el desencanto ante la política, la economía de libre mercado y la religión oficial, produce un abismo o un vacío que debe ser llenado de algún modo y como dice Chester Ton, “Que el hombre deje de creer en Dios no significa que ya no crea en nada, sino más bien que es capaz de creer en cualquier cosa”. También se dice que a partir del triunfo de la racionalidad económica y del fracaso de las ideologías, los hombres necesitan volver a encontrar su pertenencia o el grupo al que pertenecen y para ellos se vinculan a un club deportivo, una secta, una etnia o un grupo New Edge.

Estos grupos cumplen la función de darte identidad, que antes te la daba la política, por ejemplo; si tú te sientes angustiado, sin meta en la vida, tristón, andas desempleado, confundido, insatisfecho, no te hayas, te sientes bien, pero te sientes mal, sin una figura paterna definida, sin dirección, con pobre comunicación o con violencia familiar y te urge creer en algo, eres el material que las sectas andan buscando.

Es como cuando los leones se dan cuenta del búfalo que anda herido y dicen “¡A huevo! ¡ahí va mi cena cabrón!…” Pues las sectas igual; cuando te ven de capa caída es cuando te avientan toda la artillería, literatura de su secta, te mandan a todo el ejército a que te diga que te quieren, que te aceptan y a que te abracen.

A eso se le llama BOMBARDEO DE AMOR y muchos caen; desgraciadamente nuestro país ha estado tan mal dirigido que hay una depresión social aguda, hay odio, polarización e injusticia social; ¡Ya ni hablemos de la mala educación!, ¿No?, o sea, no “mala educación” de que seas grosero: el pésimo nivel de educación. Si, que cuando llega toda la hermanada a decirte: “¡Nos importas!”, “¡Te queremos!”, “¡Únete a nosotros!”, pues claro que te doblan y aceptas.

Entonces si te sientes por alguna razón vulnerable, las sectas lo huelen, si siempre te has negado a caer en las garras de una secta, entonces nada más te ven de lejitos, pero al momento en que te ven vulnerable, se meten inmediatamente a tu vida. Si no estás alerta, se meten hasta la cocina, bueno, ¡hasta tu recamara mano!, ¡bueno, es más!, ¡te andan sacando de tu casa! La mayoría de las sectas tienen una serie de tácticas para ganar adeptos, explotando sus puntos vulnerables, parten del principio de que existen mayores probabilidades de encontrar adeptos entre los viajeros y personas que viven alejadas de sus familias, individuos que atraviesan periodos de angustia y especialmente jóvenes que sufren las transformaciones psicológicas propias del paso a la madurez; así los miembros de las sectas encargados de ganar más adeptos, frecuentan las estaciones de ferrocarril,  paradas de autobuses, el aeropuerto, las bibliotecas, lugares de reuniones en las universidades, manifestaciones, tianguis, clínicas, parques, hospitales, prisiones, y hasta bares, y bueno las variantes de este tema de la persuasión para que caigas en esta secta aparentemente son infinitas, te llega la tía y te dice que vayas a un retiro del cuarto camino, los amigos también te invitan a una pirámide, seguramente alguien ya te llamó diciéndote que te ganaste un premio, pero hay que ir a recogerlo a quien sabe dónde y entonces llegas y moles:

La hermanada o seguramente también a alguien que no veías en años te acaba de invitar a comer junto con unos amigos que no conoces como si lo acabaras de ver ayer. ¡Aguas!, los reclutadores hacen lo posible para que la comunidad religiosa le resulte muy atractiva al recién llegado, lo conmueven expresándole el gran interés que tienen en su bienestar tratándole incluso con cariño y prestando exagerada atención a sus ideas, aficiones y esperanzas. A veces hasta llegan al extremo y la grosería (diría yo), de hablarte de un pariente fallecido tuyo, inventan historias en la onda de: “Si, ¡Tu difunto tío quería que tú también supieras lo que nosotros sabemos!”. El novato por lo general se siente emocionado y feliz de merecer tantas atenciones de estas personas.

Por eso muchos caen y se atreven a recibir un programa especial, o se comprometen a asistir a un curso más prolongado e incluso a restarle tiempo a sus ocupaciones habituales con tal de entrar en aquel ambiente de camaradería y disque perfeccionamiento individual, seguramente ya sabes de alguien que fue a un curso a Tepoztlán a enterrarse en la montaña y a convertirse en uno más con la naturaleza, o algo así. ¡Pues no te Burles!, ¡La neta SI pasa Cabrón!. Los encargados del proselitismo utilizan en sus pláticas con el iniciado, los datos que éste les han dado anteriormente sobre sus ilusiones, temores y remordimientos con el propósito de hacerle ver que solo la secta le ofrece la oportunidad de superar estos problemas. La conversión es un proceso personalizado preparado por la secta y con la ayuda involuntaria del aspirante (o sea, ¡se las pones de a pechito!). Las conferencias maratónicas, las reuniones colectivas, las sistemáticas conversaciones con cada uno de los miembros, acaparan la atención del iniciado e inciden negativamente  sobre sus energías, las cuales disminuyen con una privación del descanso deliberada, y hasta en una alimentación baja en proteínas. ¡Ni siquiera hay un respiro al cantar sus rolas en este proceso de debilitamiento mental!, por el contrario, las rolas ayudan a mantener fija la tensión del iniciado y exigirle una pérdida tal de energía que en realidad no puede ni reflexionar, ni enjuiciar la avalancha de mensajes desconocidos para él e inspirados en la secta. Tan intensa es la presión ejercida de este modo que en determinado momento el campo de atención del iniciado se reduce por completo. Se convierte en un ser sumamente influenciable, abandona la “ahora molesta” libertad de elección que tenía antes de ingresar a la secta y está dispuesto a aceptar toda orden incondicionalmente.

Un estado de conciencia tal que llega en ocasiones a semejarse  a un estado de trance, valiéndose de clases interminables y de una intensa actividad de doctrina para mantener y fortalecer la receptividad de iniciado, los proselitistas intentan llevar a cabo una profunda transformación ideológica. Con el tiempo, el iniciado hace suyo el estilo de vida de la secta y la visión del mundo antes de ingresar en ella pasa a ser un recuerdo lejano, en parte olvidado y en parte anulado. Obviamente los líderes no pierden la oportunidad de enumerar los castigos para los que desobedezcan, la redención y la salvación les está reservada a los creyentes y practicantes convencidos, mientras que a los herejes les aguarda el sufrimiento eterno. Llega el día en que la mente del devoto parece dividida, una segunda personalidad que le ha impuesto la secta empieza a conseguir cierta autonomía, mientras sigue luchando con la personalidad anterior, para ocupar el primer plano. Poco a poco se ha ido convirtiendo en otro hombre distinto al que era. Y entonces empiezas a ver a tu amigo, a tu familiar o a tu conocido con un deterioro de la salud y otros cambios físicos; alteraciones hormonales, mirada vidriosa, alteraciones de peso, apetito, vitalidad, y hasta en sus funciones sexuales. El trastorno psicopatológico que se puede desencadenar es de tipo psicótico y suele corresponder al trastorno conocido como DSM-3.

Otras alteraciones que suelen darse en los miembros de una secta, una vez que abandonan la misma, son estrés post-traumático, reacciones esquizoides, ansiedad, fobias, reacciones de estrés en forma de traumas físicos, desgano por la pérdida de ideales y objetivos anteriores, deterioro de la memoria y del funcionamiento intelectual, problemas de coordinación del pensamiento, depresión que viene de la pérdida de amigos y de un proyecto de salvación, desconfianza en sí mismos por haberse dejado manipular y temor a la propia autonomía, dificultad de re-establecer relaciones sociales entre iguales y no entre miembros de una secta. ¡Pero bueno!, ¡Esto da para más y no los quiero aburrir! ¡Pero es intenso! ¿No? sobre todo si tienes algún familiar o algún conocido ya metido ahí, rezando las 24 horas del día, bueno… ¡23! Una vez más quisiera recordarte que lo señalado anteriormente debe ser tomado solamente como marco referencial de los peligros que pueden ocasionar determinadas sectas. Cada afectado, sin embargo, precisa de un estudio específico para evaluar la dimensión de su deterioro y establecer un diagnóstico preciso particular, también una vez más les recuerdo que no se está criticando en este artículo sus creencias religiosas, si no las técnicas de manipulación y de abuso psicológico de las sectas.

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