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El Carajo

El Carajo

Según la real Academia Española, «CARAJO» se le llama a la pequeña canastilla que se encontraba en lo alto del palo mayor de las antiguas naves. EL CARAJO, dada su ubicación en lo alto del mástil era un lugar inestable donde se manifestaban con mayor intensidad los movimientos del barco.

Cuando un marinero cometía una falta, se le mandaba AL CARAJO en señal de castigo (o se le ataba al palo mayor, que de ese luego hablamos). He ahí el por qué cuando queremos perder de vista a alguien usamos la expresión: «¡VETE AL CARAJO!»

Cuando el marinero baja del carajo, estaba tan mareado que no servía para nada. De ahí la expresión: «NO SIRVES PARA UN CARAJO».

EL CARAJO estaba en lo alto de palo mayor, algo alejado de la vista del resto de la tripulación. De ahí que cuando alguien está lejos, puedas decir con tal propiedad: «Esta lejos como el CARAJO”.

Es obvio que ningún marinero tenía interés de ir a parar al Carajo, por lo tanto no está mal, por analogía, cuando algo no te interese, decir: «Me importa un CARAJO!».

La lista de expresiones es muy larga, pero a partir de hoy, verás que la Real Academia de la Lengua Española, te ampara, desde el punto de vista (y por demás oculto), que cuando quieras mandar a alguien al Carajo, y si alguien te manda al Carajo, lejos de horrorizarte, pienses: «¡¡Vaya cultura que tiene este tipo!!»

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